Las universidades están experimentando una profunda transformación en los últimos años, con la adopción de nuevas modalidades híbridas de enseñanza y aprendizaje que combinan clases presenciales, talleres interactivos y la formación a distancia. Este cambio exige que los espacios universitarios se adapten mejor a las necesidades de la enseñanza moderna, y la acústica desempeña un papel clave en este proceso.
De hecho, las aulas académicas tradicionales suelen ser inadecuadas para albergar actividades híbridas que requieren un alto nivel de confort acústico. Los grandes volúmenes, las superficies reflectantes y la mala insonorización crean condiciones acústicas difíciles, con tiempos de reverberación excesivos y dificultades para comprender lo que se dice. Estos problemas pueden comprometer la eficacia de las clases presenciales y a distancia.
Este estudio de caso examina un aula universitaria de 363 m3 que necesita una corrección acústica.
La simulación se realizó mediante la instalación de 20 paneles fonoabsorbentes Silente de 120x120x5 cm suspendidos del techo y 14 paneles del mismo tipo montados en la pared. Esta configuración específica permite reducir drásticamente los tiempos de reverberación de 4,85 s a 0,81 s, con una disminución del nivel sonoro de 7,75 dB.
El resultado es un espacio acústicamente optimizado, que puede adaptarse mejor a las distintas modalidades didácticas. De hecho, una buena acústica mejora el aprendizaje durante las clases presenciales, promueve el debate y el intercambio de ideas durante los talleres y los trabajos en grupo, y facilita la grabación de contenidos multimedia para la enseñanza a distancia.